
Por: Valentín Rosado Vicioso, Mayor General (r), Piloto P.N.
Se sentían aires de finalizaron de la «guerra fría», cuando en 1989 quien os escribe se envestía como Oficial de Carrera en la entonces Academia para Cadetes de la Policía Nacional, hoy Mayor General (r) P.N. José Félix Rafael Hermida González, ocasión que tuve el honor de saludar en forma militar y estrechar las manos de un pundonoroso oficial del Estado Mayor General de las gloriosas Fuerzas Armadas de República Dominicana.
Con este breve relato, no se pretende describir por completo a éste gran ser humano, caballero de valiosa estirpe, General de capa y espada que se supo conducir y lidiar situaciones delicadas que se les presentaron durante su vida militar; razones por las cuales se le recordará y pasará sin dudas a las páginas sagradas de la historia dominicana.
Nos referimos con respeto y admiración al hoy extinto Mayor General Piloto (r) Fuerza Aérea de República Dominicana, Juan Bautista Rojas Tabar; un militar revestido de dignidad , disciplina, moral, rectitud, integridad y coraje; parte de los rasgos característicos concebidos por el Don de Mando Militar para adornar a comandantes de ejemplo como él, digno de ser imitado por la presente y futuras generaciones de militares y policías en nuestro país.
Nunca olvidaré aquel 28 de octubre de 1989, cuando siendo Rojas Tabar Jefe de Estado Mayor de la FARD, acudió a nuestra graduación ordinaria de Cadetes que se celebraba en Hatillo, San Cristóbal y, en momentos de la premiación a los Cadetes más destacados, le correspondió acercarse a mí, le saludé en forma militar, respondió el saludo con el espíritu que le caracterizaba, fijó su mirada, me expresó con firmeza emotivas palabras de felicitaciones, de exhortación e hizo entrega de un valioso obsequio por motivo de haberme graduado con las más altas calificaciones.
A partir de ese momento, el citado Oficial General dio seguimiento a mi carrera hasta tal punto que, al siguiente año (1990), cuando volvió al acto de graduación de Cadetes que se celebraba para la misma fecha, al notar que era yo quien conducía el acto como Maestro de Ceremonias, al finalizar la actividad se acercó y me expresó: «¡ caballero oficial, lo felicito nueva vez, veo que está avanzando y eso me llena de orgullo, siga adelante y no desmaye que usted llegará muy lejos; no olvide que le estoy dando seguimiento !».
Del Mayor General Piloto FARD Rojas Tabar se necesita buena tinta y muchas hojas para plamar la historia de su acrisolada carrera militar, pero por el momento solo me limitaré a pedir al Señor que lo haya acojido y colocado en el lugar de los buenos y a sus familiares, amigos y relacionados, que les de la fortaleza y conformidad que se necesita para superar esta irreparable pérdida.
¡ Hasta luego Comandante Bacho…!..
¡ Descanse en paz SEÑOR…!.