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#VIDEO EL TECHO QUE NADIE QUISO ESCUCHAR


Por: Bienvenido Flores-Jessy Sánchez

El techo lentamente iba cediendo

Casi no aguantaba más

Mostró debilidad

Pedacitos de su esencia caían como llovizna de avisos

Delicadamente, en algunas cabezas

Dejando rastros en el suelo

Pues no quería lastimar a nadie

Lo repitió en varias ocasiones

Sí, su quebrantar no era un secreto

Pero ¿a quién le importó?

Días después su cuerpo cansado

Dio luz verde al implacable peso

Y sin fuerzas se dejó caer

Sobre los alegres

 

El polvo abrazó el aire

Como si quisiera ocultar la tragedia

Las risas se ahogaron en el eco

Y el silencio tomó el control

 

Los escombros contaban historias

De juegos, de secretos, de tardes eternas

Ahora detenidas bajo el peso

De aquello que todos ignoraron

 

Pero el techo…

Ese techo que tanto resistió

Que tanto avisó

No cayó por enojo

Cayó por cansancio

 

Y entre ruinas y suspiros viejos

Se escuchaba un susurro invisible:

“No era mi intención”

 

Mientras el sol, desde lo alto,

Con tristeza alumbraba

Los restos de un lugar

Que pudo haberse salvado

 

Si tan solo alguien…

Hubiera mirado hacia arriba.

 

El tiempo pasó…

El polvo se asentó,

Pero el vacío permanecía intacto.

 

Los colores, las luces,

La música que alguna vez reinó

Ahora eran solo ecos apagados

En un espacio herido.

 

Los nombres…

Esos nombres que antes reían,

Que bailaban sin mirar al techo,

Ahora vivían en listas,

En flores marchitas,

En lágrimas de desconocidos.

 

Nadie volvió a mirar igual

Un techo viejo.

Nadie volvió a confiar del todo

En las paredes que guardan secretos.

 

Y el lugar…

Ese lugar que fue fiesta,

Quedó solo en la memoria.

 

Frío.

Silencioso.

Marcado.

 

Como un recordatorio triste,

Como un susurro eterno

Que repite sin cesar:

 

“No era mi intención…”

 

Pero a veces —solo a veces—

El olvido pesa más

Que cualquier techo cansado.


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