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Al presidente Danilo Medina le pasó como el cuento del toro, la ventana y el hombre vico…


Por: El periodista Salvador Holguín “diciendo lo que otros callan”.

¡Esta metáfora está cargada de sabiduría popular! El cuento del toro, la ventana y el hombre vico es una historia y expresión dominicana que se utiliza para ilustrar cómo alguien, tratando de evitar una situación o problema, termina cayendo en otro peor, y todo se le viene encima. Así le pasó al presidente Danilo Medina con Leonel Fernández y Luis Abinader.

El cuento narra que un hombre vico va caminando por las calles y ve un toro muy bravo que viene hacia él. Frente a sí tiene una ventana abierta. Al intentar defenderse de la agresión del animal, decide salir corriendo. Por un momento se ve turbado y confundido, ya que tenía una condición especial: una deformidad en la vista que provocaba que todo lo que miraba lo viera doble. Por esa razón, al correr despavorido tratando de evitar ser alcanzado por el bovino, lamentablemente sucedió lo peor: le corrió al toro que no era (porque veía doble), y se lanzó por la ventana que tampoco era (porque veía doble). Al final, lo ensartó el toro que sí era. ¡Oh, ironía de la vida!

Aplicando esa filosofía al presidente Danilo Medina Sánchez, se puede colegir y confirmar que fue un error de su parte perseguir a Leonel Fernández desde que le entregó la banda presidencial en el año 2012, luego de haberlo ayudado a llegar al poder. Danilo se enfocó y se concentró en destituir, aniquilar y borrar política y moralmente al expresidente Fernández. Comenzó debilitándolo al perseguirle su estructura electoral, su grupo económico y político: a Víctor Díaz Rúa, Félix Bautista, Freddy Pérez, Carlos Ozoria, Diandino Peña, Luis Manuel Bonetti y al propio Leonel, haciéndoles juicios populares en los parques. Incluso, cuando Leonel salía del país, mandaba a hacerle piquetes y protestas en las charlas y conferencias que ofrecía, vociferándole: “¡Ladrón y corrupto!”. Además, le armó expedientes judiciales y lo atacó desde la prensa mediática, que en su mayoría controlaba por ser presidente de la República.

Danilo Medina se empecinó en destruir a Leonel Fernández y cometió el grave error de elegir como enemigo a quien fue su mejor aliado, mentor y guía en el camino hacia la Presidencia. Porque si no hubiese sido por Leonel, Danilo no habría llegado al poder. Si el León no entra al escenario en las elecciones del 2012, utilizando los recursos del Estado para impulsarlo, Hipólito Mejía habría derrotado nuevamente a Danilo Medina, como ya lo hizo en el año 2000. Desde su llegada a la Presidencia el 16 de agosto de 2012, Danilo Medina montó un plan macabro para eliminar política, social y moralmente a su compañero de partido y líder del PLD, Leonel Fernández Reyna, con el objetivo de convertirlo en añicos.

Dos grandes escenarios y acontecimientos confirmaron que Danilo Medina, junto a José Ramón Peralta, Gustavo Montalvo y Roberto Rodríguez Marchena, casi logran su objetivo de desaparecer a Leonel del mapa político y social. Primero: el Quirinazo, que apagó los vientos que soplaban en 2015. Segundo: el Gonzalazo, en la convención interna del PLD en 2019, donde Danilo impuso a Gonzalo Castillo como candidato presidencial para humillar y reducir a cenizas a Leonel, a pesar de que Gonzalo no tenía las condiciones ni siquiera para ser candidato a regidor. En conclusión, Danilo hizo hasta lo imposible por destruir a Leonel Fernández, movido por una inquina personal, envidia, odio, rencor y resentimiento. Y, después de todas las diabluras que le hizo, vivía con miedo de que Leonel regresara al poder. Por eso pactó hasta con el diablo (HMD), con tal de impedir que el príncipe volviera al Palacio Presidencial.

Al final, Danilo Medina terminó muy mal con sus cálculos maquiavélicos: perdió todo el poderío que había acumulado por querer destruir a quien lo ayudó a conseguirlo. Perdió el control del PLD —otro de sus objetivos contra el León—, porque Leonel Fernández, después de Juan Bosch, era el líder natural de ese partido. Danilo, además de ser presidente de la República, quería también ser el cabecilla del partido para igualarse a Leonel, quien ya había sido ambas cosas al mismo tiempo, lo que le otorgaba mayor jerarquía y superioridad como líder político del país.

Por eso es que decimos que a Danilo Medina le pasó como el cuento del toro, la ventana y el hombre vico que corriéndole al toro que no era (Leonel Fernández), lo ensartó el toro que sí era (Luis Abinader)… Danilo creyendo que si Leonel volvía al poder lo iba a perseguir como él lo hizo, prefirió aventurarse con Gonzalo Castillo, tratando de retener la Presidencia, pero terminó con casi todos sus hombres de confianza, aliados, colaboradores, hermanos y familiares, presos o procesados en los tribunales, por la misma justicia que él usó como instrumento de persecución cuando era presidente. Hoy Danilo ha terminado enfermo de cáncer, solo, sin amigos, sin compañeros confiables, ni personas que confíen en él. ¡Dios y el karma se han encargado de colocarlo en el zafacón de la historia!


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