Por : Cristian Hidalgo
Hay una frase que dice: “lanza lodo, que algo queda”; para referirse a los que calumnian a alguien para dañar su reputación. Ignoran los que así obran, que “mientras mas lodo se lanza, mas terreno se pierde”. Traigo a colación estas frases, a raíz del descargo puro y simple en el día de hoy del Ing. Alberto Holguín, ex-director ejecutivo del INAPA, acusado por la Procuraduría Especializada de la Corrupción Administrativa (PEPCA) de malversación, prevaricación, enriquecimiento ilícito, entre otros cargos.
Parecería que ese acontecimiento fue fortuito; quienes así piensan están muy equivocados. Todo viene desde el pasado congreso celebrado por el PLD para elegir a los nuevos miembros de su Comité Central. La institución que dirigía el Ing. Alberto Holguín, se convirtió en una especie de santuario en donde a diario cientos de feligreses medio y de base abandonados a su suerte por aquellos a quienes les habían servido, acudían para ser recibidos por quien siempre ha dado su mano solidaria.
Ver a Alberto Holguín llegar todos los días a las 7:30 de la mañana conduciendo su vehículo personal y sin escolta, recibir a sus empleados sin discriminación, pasar por el lobby a saludar a todos los presentes, luego recibir en su despacho hasta la media noche (asegurándose que no se regresara nadie a su casa sin al menos una esperanza), sólo podría equipararse con el estilo del ex-presidente uruguayo Pepe Mujica.
Ese contagio de Alberto Holguín con la gente, en este país sólo es comparable al del presidente Danilo Medina. El resultado fue convertirlo en el mas votado al Comité Central, galardón que bajo ninguna circunstancia le permitirían el “grupo de los traviesos”, mote con que se ha bautizado al anillo del presidente que con acciones aviesas, mal sanas y perversas, no se detienen ante nada ni nadie cuando de defender su protagonismo en torno al “líder” se trata.
Le metieron al presidente en su cabeza, que Holguín era un mal agradecido, que estaba armando su proyecto político para lanzarse a presidente en el 2016 en contra del “líder y jefe”. Semanas después se tiraron desde la Procuraduría General en INAPA, como si se tratase de la DEA en busca de un gran narco. Le estructuraron un expediente sin la mas elemental prueba, pero con la convicción que cuando sea probada su inocencia, ya todo habrá sido consumado y el personaje en cuestión desacreditado.
No hay crímen que quede impune y todo lo malo que a otros hacemos lo atraemos por afinidad vibratoria. Decía el presidente Lincoln: “se puede engañar a todo el mundo algún tiempo; se puede engañar a algunos todo el tiempo; pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”. Ya este pueblo ha abierto el ojo, lo tiene avizor y conoce al cojo sentado. La marcha verde es un engendro de esas malas acciones, sin embargo, eso es sólo el comienzo de su peregrinaje.
Cuando dije en una anterior entrega que “el ingrato es peor que el gato”, me disculpo ante los felinos con semejante irreverencia; el “grupo de los traviesos” no tiene comparación. Son unos desalmados y despiadados; nunca se han detenido a pensar que detrás de esas personas a quienes pretenden destruir existe una familia para quien ese es su referente. O es que el “grupo de los traviesos” no tiene madre, padre, esposa, hijos? Oh mi Dios, cuanta maldad!
Si el PLD tuviera en su seno al menos dos Alberto Holguín, otro gallo cantaría. Este debe llevar a cada hogar dominicano su propuesta de nación. Con la actual crisis interna por la que atraviesa ese partido, en la que el actual mandatario pretenderá quedarse y el ex-presidente Leonel Fernández estará dispuesto a darle la batalla si así ocurriese; estando éstos dos gladiadores en el ring, ninguno de sus pupilos se atrevería a sacar la cabeza; ante semejante escenario cabría decir que “en un pleito de dos feroces perros por un hueso, un tercer perro llega y carga con el hueso”.