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Chile elige nuevo presidente este próximo domingo; Piñera y Guillier se debaten en segunda vuelta


Santiago de Chile.-Los candidatos a la presidencia de Chile, Sebastián Piñera yAlejandro Guillier, aprovecharon el último cara a cara electoral para confrontar dos programas de gobierno diametralmente opuestos en un debate frontal que incluso registró momentos de tensión.

El foro, el último antes de los comicios del próximo domingo, estuvo precedido de un enrarecido ambiente político, con acusaciones de manipulación de cifras en contra de Piñera, y de intervención del gobierno en favor del senador Alejandro Guillier, que es el candidato oficialista.

Se cruzaron acusaciones como que Guillier «vende humo» o que Piñera busca la presidencia para que «unos pocos hagan negocios».

Los aspirantes a suceder a la presidenta Michelle Bachelet a partir del 11 de marzo de 2018 confrontaron frente a las cámaras de televisión sus programas de gobierno y buscaron subrayar los puntos flacos de su oponente en la recta final de la segunda vuelta electoral, marcada por la paridad de los sondeos de intención de voto.

«Creo firmemente que hay que poner fin al abuso (…), no estamos aquí para que unos pocos hagan negocios, sino para que la inmensa mayoría tenga una vida más digna», proclamó el aspirante oficialista.

«Tenemos que elegir entre dos caminos. Los invito a elegir el que no conduce al paraíso, pero sí a tiempos mejores para todos», enfatizó por su parte el abanderado de la oposición, el ex presidente Piñera.

Con un formato pensado para propiciar la interacción, los candidatos respondieron a las preguntas de cuatro periodistas sobre educación, salud, previsión social, economía, valores, campaña electoral e inmigración.

El debate fue emitido durante casi dos horas en el horario estelar nocturno por todos los canales de televisión abierta de Chile, así como diversos medios digitales y estaciones de radio.

Las afirmaciones más categóricas versaron sobre aspectos relacionados con valores, como el aborto y el matrimonio homosexual; los impuestos; el crecimiento económico, el sistema privado de pensiones y la virulencia de la campaña electoral.

Los aspirantes a ocupar La Moneda en marzo próximo ni siquiera fueron capaces de responder sin reproches a la pregunta de una periodista sobre cuál era la cualidad de su oponente que más admiraban. Una pregunta tomada de uno de los debates entre Hillary Clinton y Donald Trump el año pasado.

Sebastián Piñera «es hábil en los negocios, eso no se puede negar, aunque juega un poquito al límite. Pero él ya fue presidente de Chile y no hizo las cosas que ahora anuncia», comentó el candidato de Fuerza de Mayoría.

«No hay mejor escuela para ser un buen presidente que haber sido presidente», replicó el representante de Chile Vamos, quien dijo de Guillier que «fue un gran periodista (…), pero no tiene experiencia, ni equipo, ni programa».

El cara a cara comenzó con referencias a aspectos polémicos de la campaña, como las acusaciones de la oposición de que el Ejecutivo interviene a favor de Guillier.

«Siempre que uno es gobierno, hay una natural empatía», justificó el candidato del oficialismo, en referencia a su identificación con la administración Bachelet.

«Yo jamás he descalificado a un contendor», agregó Guillier, quien reprochó a Piñera cambiar de discurso por interés electoral y que afirmara sin pruebas «que hubo votos marcados» a favor de su candidatura y de la de Beatriz Sánchez, candidata del Frente Amplio en la primera vuelta.

«Yo siempre he respetado la democracia. Alejandro lo sabe y no lo quiere reconocer», se defendió el ex mandatario, quien afeó al senador por haber usado «expresiones extraordinariamente descalificadoras y violentas».

«Si yo he contribuido en algo a la agresividad de esta campaña, pido disculpas», añadió el candidato conservador.

Una de las más encendidas polémicas surgió a raíz de que Piñera dijera que en 2009, último año del primer gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010), «Chile estaba en una profunda recesión. Y en 2010, Chile volvió a crecer con mucha fuerza».

Guillier le acusó entonces de falsear la realidad, si bien los datos del Banco Central evidencian que en 2009 el PBI se contrajo un 1,5 %, según recordó un sistema en línea de verificación de afirmaciones aplicado por el medio digital Emol.

Este mismo mecanismo sirvió para analizar también la negación de Piñera de que una cuarta parte de las 4.009 personas que indultó durante su Gobierno (2010-2014) volvieran a delinquir, algo que sucedió en un 22 % de los casos.

En otro momento del debate, el ex presidente cuestionó que su oponente tuviera «la firmeza y la decisión que se requieren» para hacer frente al problema de la delincuencia y del terrorismo que a su juicio se está produciendo en la región de la Araucanía, escenario del llamado «conflicto mapuche».

En lo que sí coincidieron ambos fue en que «hay que acabar con el monopolio de las administradoras de fondos de pensiones», haciéndose eco así de una de las principales demandas de los chilenos, que rechazan mayoritariamente el sistema privado de jubilación.

En un debate exento de preguntas sobre las relaciones exteriores de Chile -que actualmente mantiene dos litigios con Bolivia en la Corte Internacional de Justicia de La Haya-, la única referencia a asuntos de índole internacional fue la inmigración.

«Le vamos a cerrar la puerta a los que vienen a causarnos daños», anunció Piñera, en tanto que Guillier se mostró a favor de regularizar la situación de los extranjeros que llegaron al país como turistas pero actualmente trabajan.


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