BRASIL.- El grupo musical surcoreano BTS, que este fin de semana se presentó con dos multitudinarios conciertos en Sao Paulo, la mayor ciudad del país, ha sido el ápice para que miles de jóvenes brasileños se sumerjan en la cultura K-Pop, un movimiento global que también en este lado del mundo gana cada vez más adeptos.
Más allá de los conciertos del sábado y el domingo en el atiborrado estadio Allianz Parque, ante 42.000 espectadores por noche, las presentaciones de Son RM, Jimin, J-Hope, Suga, Jin, V y Jungkook apenas fueron una prueba más del impacto ya causado por los siete jóvenes en las nuevas generaciones suramericanas.
Como ya pasó en Sao Paulo con artistas occidentales de la talla de Justin Bieber y One Direction, la expectativa por ver al grupo asiático en un gran concierto se arrastró durante varios meses, al punto de que muchos jóvenes, que llegaron de todas las regiones e incluso de países vecinos, acamparon durante 90 días para asegurarse el mejor lugar.
La joven argentina Gabriela, que viajó desde Buenos Aires, dijo a Efe que la cultura K-Pop entró a su país con los “dramas” juveniles surcoreanos que se pasan por la televisión y “anhela” que algún día BTS o alguna de las otras bandas representativas del movimiento se presenten en territorio argentino.
Romina, estudiante uruguaya de Medicina, en tanto, señaló que el K-Pop llegó a su vida cuando una vez escuchó en el automóvil de su padre una canción de BTS que pasaba por la radio. El grupo, apuntó la joven, “tiene mucha parte visual. Además de que cantan, ellos bailan y eso los enrique más en un escenario”.
Pero no son sólo los más jóvenes los que se han identificado con el K-Pop, la paraguaya Rocío Argüello, de 49 años y que viajó a Brasil con 60 personas, conoció en 2016 el movimiento a través de su hija, fanática de otra banda surcoreana.
“En Paraguay el K-Pop tiene muchos fans. El club más grande es el de BTS. Así creció y nosotros ya tuvimos un festival con grupos menores”, comentó Argüello a Efe.
El 2018 fue un año de récord absoluto para esta ‘boyband’, que entre otros éxitos logró ser el primer grupo surcoreano nominado para los Grammy y, sin cantar en inglés, coronaron la lista Billboard de ventas en Estados Unidos, país en el que debutaron internacionalmente a finales de 2017.
Esa vez, la crítica musical quedó pasmada cuando los seguidores de BTS -que son mayoritariamente mujeres- comenzaron a entonar a coro las letras en un idioma tan distante de las lenguas occidentales como es el coreano.
El impacto global de BTS y de toda la cultura K-Pop recaló así también en Brasil, un país con gran presencia migratoria oriental en el último siglo.
Las hermanas brasileñas Hiromi y Miuki, de ascendencia japonesa, consideraron que en el K-Pop “todo es diferente, muy diversificado, hay mucha cosa nueva que las cosas americanizadas no tienen hoy en día” y destacaron, además de los videos musicales y las coreografías, el “amor que se percibe” por sus seguidores.
Para las amigas, compradoras habituales de comida, ropa, maquillaje y de los álbumes de K-Pop, las redes sociales han contribuido a la difusión de las bandas surcoreanas, “principalmente en las escuelas”, donde es constante ver los cabellos coloridos y cortes al estilo BTS y el griterío a cada noticia del grupo.
“En la cultura coreana no hay solo K-Pop, entramos en un mundo donde está la cultura coreana en si, la comida, el visual de ellos, la música, el teatro, los dramas y otras cosas como la belleza suprema, parecen muñecos”, apuntó Miuki.
El movimiento que dio primeras señales en 1998 fue encarado por el Gobierno surcoreano como “poder” y por eso fue creado el Departamento de K-Pop dentro del Ministerio de Cultura, después de percatarse que ese estilo juvenil inyecta 4.700 millones de dólares a la economía del país con comercio, turismo e industria.
Para 2005, el Gobierno del país asiático creó un fondo de 1.000 millones de dólares para apoyar proyectos K-Pop y muchas de las empresas dedicadas a la industria de esa cultura pasaron a cotizar en bolsa y a aparecer en publicaciones como la revista Forbes.
En una década, de 2007 a 2017, Corea del Sur pasó de la trigésima posición a la sexta dentro del mercado discográfico mundial, superando a países como Brasil e impulsado en 2012 con el fenómeno “Gangnam style”, hit musical del cantante Psy.
En la actualidad, según el Instituto Hyundai, una de cada trece personas visita Corea del Sur por causa de BTS y en 2018, en un inédito intercambio cultural con su vecino Corea del Norte, el líder norcoreano Kim Jong-Un compareció a uno de los conciertos K-Pop.