Noticias

El 27 que viene


Por: Orlando Gil

El gobierno llevaría siete meses, pero ajustando se quedaría en seis, pues empezó un día dieciséis y febrero va por diez.

Aunque en lo inmediato no será tan importante el cumple mes, que el régimen no deja pasar por alto, como la cita al final, el 27.

El presidente comparecerá ante la reunión conjunta de las cámaras, y será su primera rendición de cuentas a la nación.

Un decir lo que hizo en su corta gestión, pero también lo que hará en lo que resta del año o del mandato, pues la fecha y el lugar se prestan para discursos largos.

Informar lo que se dice informar nada nuevo, ya que el presidente esa tarea la lleva como una misión, y o se dirige con frecuencia al país o se deja entrevistar por los periodistas.

Un intercambio que se da casi diario.

La rendición de cuentas por su parte tiene encanto especial y crea condiciones favorables a la trascendencia.

Febrero recordará la fragua de la Patria, la hazaña de los Padres Fundadores. El poder Legislativo será el contrapeso adecuado y expresión viva de democracia.

Será formalidad, pero formalidad consagrada, y si la democracia debe ser contenido, primero continente. Lo que no tiene envase se desparrama. Esta primera rendición de cuentas tendrá un valor parecido o aproximado a lo que fue la jura y toma de posesión de agosto pasado.

Y no solo porque deberá pasarse balance al cumplimiento, sino por los nuevos desafíos. No es lo mismo hablar a priori que a posteriori.

El sastre de campaña siempre tuvo a manos el metro y sabía que tendría que medir, y cortar, y coser, si quería un traje como era debido.

Falta saber y de manera dramática si encontró tela suficiente o de buena calidad, ya que la costura por sí misma no garantiza una pieza.

Lo que halló cada titular en las dependencias a su cargo, las averiguaciones y sometimientos de la justicia independiente, crean un panorama disperso que amerita un tratamiento de conjunto. Se tiene visto árbol por árbol, ahora se impone cubrir el bosque.


Botón volver arriba