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ESA revela planes a largo plazo de investigar planetas que potencialmente alberguen vida


Francia.- La Agencia Espacial Europea (ESA) revela sus futuros de investigar, con un poco de suerte, identificará planetas que potencialmente albergan vida más allá de nuestro sistema solar y escrutará las primeras estructuras del universo.

A principios de esta semana, la ESA confirmó su plan de lanzar el orbitador EnVision a Venus, pocos días después de que la NASA anunciara sus propias misiones para visitar el páramo quemado de un planeta. Pero ahora la agencia mira aún más hacia el futuro, exponiendo sus ambiciones hasta el año 2050.

¿Qué se explorará en el futuro?

Las misiones que están programadas para 2035 a 2050 serán todas grandes o de clase L, las misiones insignia de la agencia, que generalmente se lanzan una vez por década. La ESA se refiere a cada uno de sus ciclos de planificación de misiones episódicas como su «Visión Cósmica» y la marca de medio siglo como «Viaje 2050».

En dicho comunicado, la ESA anuncia los tres temas elegidos para futuras misiones de clase L: la exploración adicional de las lunas gigantes de nuestro Sistema Solar; la observación de exoplanetas templados en nuestra galaxia; y el estudio de la evolución de las primeras estructuras en el Universo temprano.

Es un momento emocionante para el espacio. Los lanzamientos y aterrizajes pueden ser los elementos más emocionantes para algunas personas, pero son estas etapas de planificación las que definen dónde estaremos dentro de décadas.

La exploración de lunas en otros planetas

Investigar el potencial de habitabilidad de los mundos de nuestro Sistema Solar es esencial para comprender el surgimiento de la vida, y es de particular relevancia en la búsqueda de planetas similares a la Tierra más allá de nuestro Sistema Solar. Una futura misión del Sistema Solar exterior con instrumentación avanzada se centraría en el estudio de la conexión de los interiores de las lunas oceánicas con sus entornos cercanos a la superficie, también intentando buscar posibles rastros de vida. El perfil de la misión puede incluir una unidad in situ, como un módulo de aterrizaje o un dron.

Desde exoplanetas templados hasta la Vía Láctea

La agencia también se comprometió a hacer de los exoplanetas templados un foco de misión para 2050. Los exoplanetas, especialmente las supertierras rocosas, podrían ayudarnos a comprender mejor la evolución planetaria y las posibilidades de vida en otros lugares. Ahí es donde entra la parte «templada» de este enfoque de misión, refiriéndose a las temperaturas que son hospitalarias para la vida tal como la conocemos.

La ESA ya tiene sondas para la investigación de exoplanetas: Keops (lanzado en 2019), Platón (programado para lanzarse en 2026) y Ariel (programado para 2029), pero misiones adicionales podrían centrarse en mejorar las observaciones en la región del infrarrojo medio. El telescopio espacial James Webb de la NASA, que se lanzará a finales de este año, buscará objetos en la misma longitud de onda.

Explicaciones a preguntas sobresalientes de la física

El plan final de la misión clase L consistirá en estudiar las estructuras originales del universo y cómo surgieron, abordando un dilema cósmico de larga data. También es el más abierto en términos de cómo encontrar respuestas. La misión puede parecerse a los observatorios espaciales de Planck y LISA, según un comunicado de la agencia; el primero estudia el fondo cósmico de microondas y el segundo es un observatorio de ondas gravitacionales.

Sin duda, nos esperan unos años apasionantes en la exploración espacial, pero parece que la ESA busca resolver la eterna duda de quienes somos y sobre todo, de dónde venimos.


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