Opinión

JUSTICIA RESTAURATIVA, SUBSIDIOS Y SERVICIO DE LA DEUDA


Julián Padilla

Hay una dosis de hipocresía en los actores políticos que finalmente dejaron como siempre, para el último minuto la aprobación de una ley que en principio luce ser justa, además de muy esperada por la mayoría de la gente sensata del pueblo dominicano.

Evidentemente que era necesario detener los aplausos a los semidioses que no son pocos, y que han vivido a costilla del erario por décadas y que aun muchos de ellos pululan asomando sus cabezas de medusa aunque sea por molestar el acontecer nacional.

La idea de la justicia restaurativa, el recuperar fondos públicos mal utilizados, pues fueron tomados del erario con la vista gorda de los controles instituidos en el estado, son ahora un mandato por la ley de extinción de dominio.

Ojala que ahora no confundamos la leche con la magnesia, y que se puedan perseguir aunque sea 20 mil funcionarios que todos sabemos se han enriquecido en su paso por la cosa pública en las últimas cinco décadas o más.

Justicia Restaurativa, que las leyes son para todos, que se castiga la impunidad, que se castiga el delito de cuello blanco. Se oye en el fondo un aplauso a la utopía y del término definitivo de la era de los semidioses, los políticos corruptos (casi todos) los que han sido funcionarios públicos en estas últimas 5 décadas y más.

Pero si esta justicia restaurativa es para quitar a unos y enriquecer a otros (los nuevos semidioses), entonces será una burla y un engaño inaceptable al pueblo dominicano. Por esto es importante supervisarlo, pues la cultura del dolo y el tigueraje de la política dominicana están impregnados en nuestra cultura y pensamiento político. ¡Somos gobierno: a lo que vinimos!

Endeudamiento, servicio de la deuda, subsidios, crimen de cuello blanco y que haya para robar. Una triangulación perfecta que hace de todos los dominicanos compromisarios y cómplices del saqueo descarado del erario.

El mismo chantaje emocional negociado y manipulado a través de los medios: pobreza, eliminar subsidios (liberar fondos para robar mas), mantener gobernabilidad, uso incorrecto del dinero público financiado con más endeudamiento y la vista gorda con el lavado y el bajo mundo.

Pero de ese mismo endeudamiento se han aprovechado los delincuentes de cuello blanco, los funcionarios públicos corruptos, delincuentes y compinches.

Y ahora la panacea: la extinción del dominio que trae consigo la justicia restaurativa. Justicia Restaurativa que si es justa y equitativa beneficiaria tanto a la nación: que no tendríamos deuda externa y mucho menos intereses de la deuda.

¿Pero cómo manejar este tema de la gobernabilidad?.

¿Pacto fiscal, pacto eléctrico, calidad de vida (empobrecimiento de la clase media), para tener más dinero disponible y enriquecer la rueda del flujo de efectivo del estado del que se nutren sus depredadores?.

¿O la aplicación real y efectiva de la justicia restaurativa? no con fines de retaliación, sino a todos lo que han mostrado una bonanza sospechosa en los últimos 50 años.

Evidentemente que serían dos procesos, el primero rápido con el procedimiento de extinción de dominio, y el segundo más largo pues toca el derecho a la libertad que tiene todo ser humano.

Justicia Restaurativa, Extinción de dominio, corrupción administrativa, versus los subsidios necesarios para una calidad de vida mínima y para evitar un estallido social y asegurar la gobernabilidad que necesariamente queda como no negociable.

Todos estos elementos hacen un equilibrio perfecto para eliminar por un rato el chantaje y la coexistencia pacífica de los corruptos del ayer, de hoy y de siempre con un pueblo que les adula, pues les ha visto como semidioses, dadores de migajas y de empleos, en lugar de verlos como lo que han sido y son:  depredadores de la cosa pública y enemigos de la nación.


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