Santo Domingo.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que una persona debe dormir al menos siete horas diarias para mantener un estado físico y mental adecuado. Una noche de sueño reparador es clave para la felicidad y la productividad, y a la inversa, esto es, una noche de insomnio o de dormir pocas horas, puede tener efectos negativos en nuestro rendimiento durante el día. Ahora, un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Zúrich y del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zurich (Suiza), ha descubierto precisamente cómo puede verse afectada el área del cerebro responsable de aprender nuevas habilidades por dormir mal.
Los expertos examinaron el efecto de una fase de sueño profundo perturbado en la capacidad del cerebro, concretamente de la corteza motora, para aprender cosas nuevas. Así, contaron con la participación de seis mujeres y siete hombres a quienes se les pidió realizar tareas motoras durante el día siguiente a una noche de sueño ininterrumpido. Por la mañana, el rendimiento de aprendizaje de los sujetos fue mínimo. A medida que avanzaba el día, cometían cada vez más y más errores. Algo que también se esperaba.
Nuevamente, tras una noche de sueño reparador, la eficiencia de aprendizaje de los participantes aumentó de nuevo. Tras otra noche de sueño interrumpido, su eficiencia de aprendizaje no solo no mejoró sino que a la mañana siguiente, el rendimiento de los participantes fue tan bajo como en la noche del día anterior.
La razón por la que esto ocurre, según los autores, es que al interrumpir el sueño profundo, las sinapsis de las neuronas no “descansan” como lo harían normalmente durante el sueño reparador. Sin este período de restauración nocturna, las sinapsis permanecen muy excitadas durante demasiado tiempo, algo que inhibe la neuroplasticidad, y redunda en que aprender cosas nuevas ya no es posible.
Otras consecuencias
Según los expertos, la falta de horas de sueño de forma continuada va a provocar una serie de consecuencias muy importantes sobre nuestra salud. En primer lugar, nos limitará nuestra actividad diaria normal, ya sea en el trabajo o en casa, debido que hará que nos encontremos, aparte de con la necesidad de dormir, con cambios en el estado de ánimo, nos hará estar más irritables, tristes y, todo ello, incrementará el estrés y la ansiedad. Además, está demostrado que la falta de sueño está íntimamente relacionada con el desarrollo de enfermedades a largo plazo como son la diabetes, obesidad, mayor uso y abuso de tabaco y alcohol, arritmias cardíacas y mayores probabilidades de padecer una enfermedad psiquiátrica.