Santo Domingo.- La industria cinematográfica en República Dominicana enfrenta una realidad preocupante: las películas dominicanas apenas logran recaudar en promedio el 12% de su costo total en taquilla, mientras el Estado sigue invirtiendo millones de pesos en incentivos a producciones que no logran generar beneficios tangibles para el país.
También, otra debilidad es que la legislación permite que el Estado dominicano destine millones de pesos al pago de estrellas internacionales, como fue el caso de Sandra Bullock por una película filmada en territorio nacional en el año 2023, sin recibir ninguna retribución por los resultados de esa película.
Bajo la Ley de Cine actual, se han destinado subsidios masivos a producciones locales y extranjeras, sin que estas lleguen a recuperar siquiera una fracción significativa de su inversión.
Como ejemplos se citan los casos de las películas dominicanas La Encomienda, la cual recibió RD$69,867.982 pero solo recaudó RD$10,850. Igualmente sucedió con Des-aparecido que el Estado le otorgó RD$69,962,619 y solo vendió RD$1,034,425.
Lo mismo ocurrió con La Otra Lucha que le dieron RD$71,302,507 y recaudó RD$83,175; con La Boyá que obtuvo RD$73,059,734 y vendió RD$50,450; La Trampa con RD$82,311,578 versus RD$35,147,181.
El País de las Últimas Cosas obtuvo RD$84,464,868 y solo vendió RD$27,650; El Brujo recibió RD$84,710,389 y vendió RD$20,133,153 y Flow Calle recibió RD$119,792,369 y vendió RD$32,537,205.
De hecho, las películas más exitosas y recordadas por la población dominicana fueron realizadas antes de la promulgación de la ley de cine en el año 2010.
Películas como por ejemplo Nueva Yol, la cual fue un éxito rotundo, fue realizada en el año 1995. También se puede mencionar Perico Ripiao de Ángel Muñiz que es del 2003. O también, La Cárcel de La Victoria grabada en el 2004. Dentro del género de terror se encuentra “Andrea” del 2005.
Todo esto demuestra que, si bien es cierto que la ley de cine ha brindado un apoyo importante a la industria, ya desde antes a la misma existían obras exitosas que pudieron realizarse sin ningún apoyo. Es hora de modificar esa ley y que los productores, que han sido formados y apoyados por el Estado, asuman la mayor parte de los riesgos financieros de sus obras, como cualquier actividad privada.
Sandra Bullock recibió 1,764 millones del Estado por una película en RD
La actual legislación dominicana en materia de incentivos a la industria cinematográfica provocó que la famosa actriz Sandra Bullock recibiera un salario que asciende a la impactante cifra de 1,764 millones de pesos por su participación en una película extranjera filmada en República Dominicana en el año 2023 con fondos provenientes mayoritariamente de las arcas públicas. A pesar de esa inversión astronómica, el Estado dominicano no recibió ninguna retribución por los resultados de esa película.
Esta situación pone en evidencia una falla crítica en la Ley de Cine, que fue diseñada para atraer producciones internacionales, pero que ha permitido que una gran parte del dinero invertido termine en manos extranjeras. En el caso de las dos películas extranjeras filmadas en 2023, el Estado aportó más de 2,293 millones de pesos en subsidios, de los cuales el 65% se destinó al pago de personal y empresas no residentes, dejando poco o ningún impacto en la economía local.
Resulta alarmante que mientras el país enfrenta necesidades urgentes en salud, infraestructura, energía eléctrica y otros servicios básicos, esa legislación permita que el dinero de los bolsillos de los dominicanos cubra salarios millonarios para estrellas internacionales, considerando que República Dominicana es una nación pobre.
El 35% del presupuesto de esas dos películas destinado a personal residente en el país fue financiado en su mayoría (71%) por el Estado, lo que plantea una gran interrogante: ¿cómo es posible que el Estado financie casi todo el componente local sin recibir una retribución directa de los beneficios que generan estas producciones?