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Proceso electoral y el papel de la prensa


Por: Carlos Nina Gómez 

¿Todavía está vigente la creencia de que la prensa es el cuarto poder del Estado?
Recuerdo a un amigo, que aspiraba a ser director de un noticiario en Santo Domingo, que cuando escuchaba la frase de que “la prensa es el cuarto poder del Estado” reaccionaba, en forma chistosa, de esta manera: “Sí, pero sin cuarto y sin poder”.

Pero lo convencí diciéndole de que, aunque en realidad los periodistas no somos determinantes en las decisiones que pueda tomar un gobierno, sin importar que sean beneficiosas o no para la colectividad nacional, sí podemos ser influyentes.

Significa que, por ejemplo, un medio de comunicación, a través de sus periodistas, puede ser, en determinadas circunstancias, un ente consejero u orientador del gobierno para que pueda realizar una labor positiva que vaya en beneficio del pueblo.

De ahí que a veces, por la influencia que pueda tener la opinión de un periódico, podría alcanzar a que se diga “carajo, pero es cierto que la prensa es el cuarto poder del Estado”.

En el presente proceso electoral dominicano el periodismo debe jugar un papel estelar, digamos un rol que vaya acorde con la verdad, que no haya (nunca) parcialidad política.

En el país habrá elecciones en las que se escogerán las nuevas autoridades (municipales, presidenciales y congresuales) por lo que la prensa tiene la obligación profesional de jugar su papel objetivo dentro del sistema democrático que vive la nación. Actuar como si fuera “el cuarto poder del Estado”.

Estoy claro de que hay periodistas que no cumplen con los deberes de su oficio. No conocen, incluso, que el periodismo es para informar -siempre- la verdad y no violentar los principios ni la ética.

El periodista que actúa de esa forma se vende al mejor postor, escribe por encargo y entonces por la indebida actitud de ese seudo periodista, queda cuestionada toda la prensa.

Respecto al actual proceso electoral el que califico de complejo- se puede decir que el periodismo vive una etapa decisoria e histórica.

Porque o sus trabajadores actúan en función de lo que dicta esta carrera (trabajar basado en los principios y la ética), o se mancha por al dinero que pueda recibir para tergiversar la verdad. La democracia se consolida cuando cuenta con periodistas que no distorsionan los hechos.

¡En este proceso electoral, el soberano está al acecho del trabajo que realiza la prensa!

 


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