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Un Nuevo 24 de Abril


Por: Félix Julián Padilla

Quiero cambiar mi estilo y combinar coplas de amor. Para contar el camino que nuestra historia contó. La historia siempre convoca a recordar a sus hijos. Los recuerda, los cita, y pone en el corazón de lo cierto, los deseos inmensos de imitar su ejemplo. Hoy 24 de abril reviven las esperanzas por lograr que la constitución dominicana deje de ser por siempre un pedazo de papel.

Hoy la historia nos recuerda aquella gesta patriótica cuando el pueblo dominicano despidió al invasor tirano. Aunque también despidió a muchos conciudadanos que sacrificaron sus vidas y se inmolaron a lo incierto. Nadie pensó sin embargo que ya en el siglo XXI, nuevos tiranos internos se aglutinan contra el pueblo.

Perdieron su corazón, ya su alma no suspira, languidece la nación. Pensar en la traición era un recuerdo de Judas, de Santana del fogón. Pero no son los recuerdos que agitan en estos momentos de insomnio. Son personeros funestos que se entregan sin razón. Dejando los caros tesoros a un vulgar impostor. Un 24 de abril debía ser siempre recordado. Porque tantos muy valientes pusieron su corazón.

Y enfrentaron sin dobleces a traidores y al invasor. Hoy tenemos de invasores mil ejemplos por doquier. Basados en la traición de nuestros legisladores. Basados en los decretos, en las líneas partidarias. Dejando al enfermo sin patria, con saqueo y corrupción. Nuestros nuevos invasores entregaron la nación. Son más que traidores esclavizan la nación. Como llamar por sus nombres si la historia señalo a tantos rufianes magnates que enlutecen nuestros niños, dejando el aire sin oxigeno. Dominicana se ha dividido. Un virus la ha contagiado.

El virus anti esperanza deja a todos sin sentido. Solo les queda el respiro, sin pensar en lo vivido. Mata, come, sobrevive. Esta es la ley de la selva. Nuestra tierra no escapo. Hoy nuestros hijos despiertan. Se van sin saber si regresan. La corrupción, el olvido, el crimen en la esquina asecha. Nuestras instituciones lloran la muerte de aquel respeto. Respeto a la bandera. Honor a las canas ajenas. Respeto a la autoridad, confianza que no abusara.

Todo eso se perdió. Todo esto quedo atrás. En el sálvese quien pueda no conoces al patán. Hoy Santanas y Lilis andan sueltos por ahí. Cuanta falta están haciendo Mella y Luyeron aquí. Cada día menos patria, aduciendo inexperiencia. Se va el oro, la bauxita, el ferroníquel y otros más. Ya no tenemos molinos, la zafra nunca jamás. Y de nuevo los haitianos dominan las cordilleras. Si miras pal horizonte, te encontraras a un soldado.

Mirando hacia las estrellas y yo pensando en Caamaño. Un 24 de abril el pueblo bravo rugió. La espada de mella de nuevo acompaño la razón. Hoy muchos en demagogias querrán celebrar el día, cuando en el 65 el pueblo llano se armo. Civiles y militares armaron la confusión. Luchaban a cuerpo y alma por nuestra constitución. Cuál será la moraleja que la moral describió. Que junto los corazones y restauro la razón. Cuál será la moraleja el mismo partido de Bosch se ha encargado de vendernos al más terrible impostor.

Hoy tenemos menos patria. Culpa es de los partidos. Que anidaron en su seno en lugar de estirpe calañas. También la culpa es del pueblo. Que vende por un platón, los sueños de cuatro años y esperando quede yo. Estos tristes campesinos comprados en un camión, son llevados al negocio de cada nueva elección. Por eso no hay ley de partidos, por eso no importo yo. Pueblo esclavo y consentido por sus tiranos partidos. La cosa ha cambiado tanto, que ni hay oposición. Aquí la ley de lo mío va primero a la nación.

El jacho encendio que un 24 de abril libero la nación desde el 84 hace tiempo se apago. Y aquel gallo colorado que tan miope claudico, creyendo en un nuevo camino que enlutece la nación. Se pierden los horizontes, no hay jacho ni gallo hoy. Ambos han sido endosados a un partido traidor. Traidor a los principios que el profesor fundo. Traidor a los esfuerzos por los que Duarte luchó.


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