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Cáncer de hígado por consumo excesivo de alcohol


Santo Domingo. – Un estudio reveló que los pacientes con cáncer de hígado causado por el consumo y exceso de alcohol no viven tanto tiempo como los pacientes con cáncer de hígado que no está vinculado con el consumo de alcohol, principalmente debido a diagnósticos en etapas posteriores. Publicados en la edición digital de ‘Cancer’, una revista revisada por pares de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, los hallazgos indican que se deben hacer esfuerzos para mejorar tanto la detección de signos tempranos de cáncer de hígado como en la gestión del abuso de alcohol.

El cáncer de hígado es la segunda causa principal de muertes relacionadas con el cáncer en todo el mundo, y las infecciones por hepatitis B y C son las principales causas. El abuso del alcohol y la enfermedad del hígado graso no alcohólico son otros factores de riesgo dominantes. Debido a las mejoras en el tratamiento de las infecciones de hepatitis y al incremento del consumo de alcohol en algunas regiones, es probable que el alcohol se convierta en la principal causa de cáncer de hígado en el futuro cercano.

De hecho, el alcohol ya es la primera causa de cáncer de hígado en Francia y está involucrado en entre el 25 por ciento y el 30 por ciento de los diagnósticos en Estados Unidos. La cifra real de Estados Unidos es probablemente más alta, ya que a menudo no se informa sobre el consumo de alcohol cuando hay otro factor de riesgo presente.

Para comparar aspectos de cáncer de hígado relacionado con el alcohol y sin alcohol, Charlotte Costentin, del Hospital Henri-Mondor, en Francia, y sus colegas examinaron a 894 pacientes con cáncer de hígado recién diagnosticado que fueron seguidos durante cinco años; 582 pacientes (65 por ciento) tenían antecedentes de abuso crónico de alcohol y 312 (35 por ciento) no. Los científicos también registraron si los pacientes con cáncer de hígado asociado con el alcohol eran abstemios o no en el momento del diagnóstico de cáncer.

Un total de 601 pacientes murieron al momento de los análisis finales de los investigadores. Los cánceres de hígado relacionados con el alcohol presentaban más probabilidades de ser difusos y se detectaron en pacientes con peor función hepática. La mediana de supervivencia global fue de 9,7 frente a 5,7 meses en los grupos no relacionados con el alcohol y vinculados con el alcohol, respectivamente.

MENOR SUPERVIVENCIA POR PEOR FUNCIÓN HEPÁTICA

Sin embargo, cuando los científicos analizaron individualmente cada estadio del cáncer, la supervivencia fue similar en los pacientes con cáncer relacionado con el alcohol y sin alcohol. Los hallazgos sugieren que los pacientes con cáncer de hígado relacionado con el alcohol tienen una supervivencia general reducida, principalmente debido a una peor función hepática y características del tumor en el momento del diagnóstico.

El análisis también examinó si los pacientes estaban participando en programas de seguimiento de cirrosis antes de que se diagnosticara su cáncer. La mayoría de las personas que desarrollan cáncer de hígado muestran signos de cicatrización o cirrosis en el hígado, y las guías internacionales recomiendan realizar ecografías cada seis meses para detectar el cáncer de hígado temprano en pacientes con cirrosis.

Los pacientes cuyo cáncer de hígado se detectó durante un programa de seguimiento de la cirrosis mejoraron la supervivencia en comparación con las personas cuyo cáncer fue diagnosticado de manera incidental. Esto fue especialmente pronunciado en pacientes con enfermedad hepática no relacionada con el alcohol o aquellos con enfermedad hepática asociada con el alcohol que ya no beben alcohol en comparación con pacientes que continúan bebiendo.

Además, los pacientes alcohólicos no abstinentes tuvieron la supervivencia más baja en el estudio, incluso cuando se restringió el análisis a las personas que participan en los programas de seguimiento de la cirrosis. «Para mejorar el pronóstico del cáncer de hígado en la población alcohólica, se deben realizar esfuerzos para implementar programas de detección eficaces tanto para la cirrosis como para el cáncer de hígado y para mejorar el acceso a los servicios de tratamiento del alcoholismo», dice Costentin.

«Una carga tumoral más pequeña y una mejor función hepática en el momento del diagnóstico deberían traducirse en mayores tasas de pacientes con cáncer hepático relacionado con el alcohol susceptible de tratamiento curativo, como resección o ablación tumoral y trasplante hepático», concluye.


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