Por: Luis Eduardo Montero
El inesperado y cuestionado anuncio del señor Ramfis Domínguez Trujillo (nieto del extinto dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo Molina) ha generado una enorme ola de opiniones, cuestiones y puntos de vistas que ha traído de nuevo la figura del tirano Trujillo al escenario público, dando lugar a ideas muy encontradas acerca de la factibilidad o no de una presidencia encabezada por un Trujillo.
Ramfis Domínguez Trujillo se perfila como un joven emprendedor, distinto, preparado, comprometido y consciente de los abusos y atropellos de su famoso abuelo, lo cual según él, no se repetirá en una eventual presidencia suya.
El Partido Esperanza Democrática (aún sin reconocimiento oficial) es la entidad política que lo propone como su candidato a la Presidencia de la República para las elecciones del año 2020, bajo el llamativo eslogan de: «Mano Dura sin Dictadura».
Pero, ¿cuál es el mensaje central de éste particular lema?
Bueno, según el joven aspirante esto se traduce en tener carácter y utilizar la autoridad para hacer cumplir la ley, pero sin el uso de la dictadura como medio de intimidación pública.
De este lema se desprende su propuesta de «cero tolerancia a la corrupción, la seguridad como derecho fundamental, el rechazo a la hipoteca del país, la educación, la soberanía y la nacionalidad, los recursos naturales, la solución a la energía eléctrica, una justicia de verdad, un desarrollo económico para todos y una preservación de la dominicanidad, a toda costa». Además, dijo estar en contra del aborto de manera categórica y denunció la imposición de una agenda internacional sobre República Dominicana.
Ramfis Domínguez Trujillo tiene dos grandes desventajas, la primera es que su apellido no lo ayuda para nada, porque aunque él no es responsable de las barbaridades cometidas por su abuelo, sí deberá enfrentar los prejuicios, sentimientos de indignación, odio y desprecio que aún tienen muchos dominicanos que recuerdan con amargura los sangrientos 31 años del Régimen Trujillista.
La segunda gran desventaja es de carácter legal; Ramfis es nacido en los Estados Unidos y por lo tanto la Constitución de la República le impide aspirar a la Presidencia Dominicana sin antes haber renunciado a su nacionalidad estadounidense y también haber residido 10 años en el territorio nacional previo a las elecciones presidenciales.
No le deseo ni mala ni buena suerte, el poder reside en el pueblo dominicano, el cual tiene la libertad de elegir quién habrá de gobernarlo por 4 u 8 años.