Opinión

Una persecución contra la adicción.


Por: Darla  Viñas

 

Cuán grande es la pena del corazón de un niño al querer esa paleta roja que mami no quiso comprarle, también podría ser el extrañar ese ser querido del cual jamás podrás volver a ver, “agonías distintas, pero de igual lamento”.

Nadie puede librar al hombre del calvario, pero si las fuerzas para soportarlo.

El dicho de que hasta para morir hay que tener dinero es cierto, estamos viviendo una época con gran falta de raciocinio a nivel mundial, el alza de los impuestos ni se siente pues anteponen como noticia la relación sentimental de unos famosos.

Llenan de memes las redes sociales con mensajes de una Dama golpeando un Caballero, en vez de darle seguimiento a la guerra entre Rusia y Ucrania.

Hace unos días visualizando estados de WhatsApp me topé con uno que me llamo bastante la atención, pues decía lo siguiente: ¿Cómo se deja una adicción?, de inmediato mi respuesta fue: “en primer lugar debes admitir que la tienes”, segundos después contestaron con lo siguiente: “sé que la tengo, pero es difícil”.

La adicción Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación.

Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas, en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. Es una enfermedad progresiva y fatal, caracterizada por episodios continuos de descontrol, distorsiones del pensamiento y negación ante la enfermedad.

En horas de la madrugada estaba leyendo unas líneas de un libro con mi pareja, el cual tiene de nombre (Cuando el paciente es un MEDICO), hubo un párrafo en específico que llamo mucho mi atención: “Era como una carrera de cinco mil metros con un solo corredor, que hasta el momento había estado ahorrando fuerzas y permanecía al final del pelotón, de pronto salta y se adelanta a todos los corredores”, que manera más filosofa del autor demostrar el pesar de la ida y vuelta.

Así mismo es la adicción una carrera donde el que más corre, justo es el que más pierde.

De lejos alcance a ver un joven, alto, de tes clara con los ojos cansados de tanto inhalar aquel humo blanco que lo estaba consumiendo por dentro, pasos detrás estaba la madre con los brazos cansados de la lucha contra aquel silbato al que se aferraba su hijo.

Luces que se apagan tras al transcurrir los días dando a denotar los dolores más amargos del ser humano.

«Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.» Khalil Gibran

 

 


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